
El pasado 18 de marzo, un joven de Argentina de 26 años fue víctima de un robo, luego de pactar la compra de una suma determinada de Bitcoins en una zona del departamento de Guaymallen, provincia de Mendoza, Argentina.
El individuo había acordado el lugar y hora de la reunión con compradores desconocidos, por lo que se infiere que estos últimos fueron los responsables de tal delito.
Lo sucedido ocurrió específicamente en la calle 2 de mayo y Severo del Castillo, justo cuando la víctima se dirigía al lugar pautado y fue interceptado por los delincuentes armados que lo despojaron de sus pertenencias.
Los ladrones lograron robar un celular iPhone, 120.000 pesos argentinos y 2.500 dólares, una clara evidencia de que los criminales tenían previo conocimiento sobre el botín que tenía la víctima.
Posteriormente los ladrones escaparon del lugar mientras la persona asaltada pedía ayuda a gritos, alertando a los habitantes del lugar que rápidamente llamaron a las autoridades policiales.
Según las declaraciones de las personas que presenciaron parte de los hechos, expresaron que los delincuentes huyeron en una camioneta, mientras que la policía logró encontrar entre las malezas el celular de la víctima.
Ahora toda esta situación ha quedado en responsabilidad de la Oficina Fiscal #19 de la Comisaria, pero hasta los momentos no hay detenidos y tampoco hay información sobre la identidad de los asaltantes.
Las autoridades también han revelado que este tipo de actividades son sumamente comunes, en donde personas pactan un lugar para luego una de ellas robar las pertenencias del otro.
Posiblemente sea de las primeras veces que la compra de criptomonedas sea un elemento en la ecuación, pero lo cierto es que lo ocurrido en Argentina es un método criminal muy utilizado.
Lo curioso o poco entendible son los motivos de la víctima por comprar Bitcoins de forma presencial, en vez de optar por procesos con mayores garantías, como el uso de plataformas exchanges de criptoactivos.
Es común pensar que cuando se hable de robos y criptomonedas, se trate de asuntos de hackeo o estafas, por lo que la idea de que acciones criminales en físico luzcan con algo poco probable.
Pero lo cierto es que estas situaciones si suelen ocurrir y más de lo que se piensa, esto quedó evidenciado con lo ocurrido con el individuo argentino mencionado anteriormente.
Aunque también tenemos el ejemplo cuando en enero de este año se presentó un ataque contra las oficinas de cambio de criptomonedas FlyingAtom en Olsztyn, Polonia.
Situación en la que el agresor previamente hizo una cita para comprar cierta cantidad de Bitcoin (BTC), la transacción con la criptomoneda no funcionó, lo que llevó al delincuente a cambiar de estrategia y robar otros elemento que ofrece la institución como oro y plata.