
A principio de enero del 2021, la Autoridad Monetaria de Singapur (MAS) aprobó una Ley de Servicios de Pago, la cual establece que todas las empresas que realicen operaciones asociadas con criptoactivos deberán obtener una licencia.
Esto con el propósito de vigilar y monitorear dichas actividades, lo que permitirá a su vez, detener todos los delitos financieros relacionados con las criptomonedas, incluido el lavado de dinero.
Esto traerá como consecuencia que se alteraren los poderes de la organización, dándoles el poder de monitorear toda la actividad criptográfica dentro de la región e implementar sus leyes en todas las empresas.
El mayor problema de esto radica en que diferentes compañías que no cuentan con criptomonedas, se verán afectadas debido a los nuevos lineamiento establecidos por la normativa mencionada.
Por su parte, El ministro de Transporte, Ong Ye Kung, explicó durante una lectura del proyecto de ley al Parlamento lo siguiente:
«Esto ayudará a minimizar el riesgo de que los delincuentes exploten a los proveedores de servicios de DPT para blanquear ganancias ilícitas u ocultar activos ilícitos.»
Esto deja claro que nuevamente se utiliza el argumento de las criptodivisas como medio o alternativas para los grupos criminales, un elemento que se ha señalado incontable cantidad de veces en los procesos de regulación.
En octubre del año 2021, un funcionario de la Autoridad Monetaria de Singapur, menciono que no se tenían planes de regular las criptomonedas. Una postura que evidentemente ha cambiado.
De hecho, la misma persona afirmó en su momento que el Banco Central mantendría «una mente abierta», posición diametralmente opuesta a lo que se está observando actualmente.
Es curioso que esta situación se presente ahora, cuando Singapur siempre ha sido un defensor de la tecnología Blockchain y las criptomonedas. Incluso la MAS fue uno de los primeros en adoptar la tecnología Blockchain.
Las nuevas regulaciones que se planean establecer en la nación asiática van con la finalidad de frenar ataques delictivos y garantizar un servicio con mayor seguridad para los inversores.
Un ejemplo que valida estas acciones fue cuando el intercambio de criptomonedas con sede en Singapur, KuCoin, sufrió un hackeo en donde se drenó más de 150 millones de dólares en bitcoin (BTC), ethers (ETH) y miles de tokens ERC-20.
Naturalmente lo ocurrido mermó la confianza de usuarios, pero esto claramente son situaciones que pueden ocurrir en cualquier ámbito, lo esencial es desarrollar estrategias que eviten que sucesos así se repitan sin perjudicar el funcionamiento de los activos.