
Que las criptomonedas sean prohibidas, o que su uso esté limitado en algunas jurisdicciones, no tendrá un impacto significativo en su adopción. Por el contrario, este sector sigue expandiéndose y desarrollando con cada vez más fuerza.
Se ha hablado mucho sobre cómo las constantes amenazas tanto del gobierno chino como de otras instituciones reguladoras del sector financiero hacia Bitcoin. Los últimos ataques fueron dirigidos hace el sector de la minería, acusándolo de ser energéticamente nocivo y contaminante. Sin embargo proviniendo de China, no es cosa nueva, ya que desde años anteriores han prohibido actividades relacionadas con las criptomonedas.
Tanto ahora como antes, las repercusiones en efecto dominó se han hecho sentir en el precio. Sin embargo, la historia ha demostrado que esto no es más que solo ruido a plazo corto. Las prohibiciones se han realizado en varias escenas geográficas y por distintos agentes económicos, al final, cuando las personas quieren algo, encontrarán la manera de obtenerlo.
Históricamente las prohibiciones siempre generan la bifurcación de un mercado, con ellas nacen los mercados paralelos, algunas veces llamados “mercados negros”. Esta vez no solo vemos una bifurcación de mercado sino también de tendencias políticas.
En medio de los acontecimientos prohibitivos al otro lado del mundo por parte de China hacia Bitcoin y criptomonedas, El Salvador decide legalizar su uso. Aunque El Salvador no represente una gran potencia económica, sin duda ha sido un catalizador para la expansión en la adopción del rey las criptomonedas.
Mucho se ha hablado si Bitcoin seguiría siendo el rey de reyes. Después de agotarse su tendencia alcista capitulada por una corrección de más del 50%, el debate se ha enfocado en su desplazamiento. Bien sea por la aparición de las CBDC, Stablecoins, NFT, tokens DeFi o el Flippening con Ethereum, algunos ven el destronamiento de BTC algo inminente.
Alejemos el zoom, y observemos el panorama amplio para intentar descubrir que nos depara para el mercado de las criptomonedas. La centralización y riesgos asociados a estas nuevas formas de finanzas criptográficas se han hecho más evidentes.
La descentralización y la ausencia de figuras de autoridad central en Bitcoin se hace destacar nuevamente como valores importantísimos para el desarrollo de las criptomonedas. Y aunque la volatilidad se convierte en algo difícil con que lidiar, no es suficiente como para afectarle demasiado. Con el tiempo ha demostrado ser el mejor refugio de valor conocido por el hombre moderno.
Al pasar el tiempo la volatilidad de Bitcoin disminuye, y por más extraño que parezca, si vamos a los hechos es así. En los últimos días la prensa ha estado llena de titulares negativos para Bitcoin y aunque parezcan que tienen efecto, dada la corrección de precio de más del 50%, es en realidad una figura calcada de las fases o ciclos de mercado.
Con o sin China, muy probablemente estuviéramos en estos mismos niveles de precio, ya que es un movimiento natural en mercados financieros inflados.
Incluso hasta Bitcoin mismo podría verse beneficiado de encabezados negativos, dado que ayudarían de dos formas: Por un lado ayuda a sacudir a los agentes más especulativos, y por otro elimina la indecisión del mercado que pudiera mantener inflado el precio o demostrar la solidez de su cotización hallando su piso.
También cabe destacar que, tras el paso del tiempo las corridas alcista de Bitcoin se hacen cada vez menores. Conforme más se distribuyen las piezas de bitcoins será más difícil ver los mismos rendimientos del pasado.
Una de las mayores preocupaciones si las criptos podrán resistir la prueba del tiempo, es si serán capaces de sobrevivir en los tiempos venideros. Sobre esto se ha discutido un montón, sobre lo pequeño que es el MarketCap de las criptomonedas en comparación a otros mercados, como puede ser las acciones, los metales, inmuebles, entre otros.
Pero lo cierto es que en el último año la cantidad de desarrollo en todo el ecosistema cripto no ha parado de crecer. Incluso, en momentos de caídas de precios y de una tremenda contracción en el mercado, nuevos productos siguen apareciendo.
Solamente las Finanzas Descentralizadas, más conocidas como DeFi, son un universo de más de 100 mil millones de dólares en activos bloqueados (TVL). El desarrollo en torno a ellas no se detiene y crece de una manera vertiginosa, entre plataformas de préstamos (Lending), coleccionables únicos (NFT) o de rendimientos por intereses compuestos (Yield Farming).
Todo intento de prohibición ha derivado en soluciones poco asertivas. Bitcoin y las criptomonedas son una herramienta de uso poderosa para los usuarios, que continuamente siguen fortaleciendo la red y construyendo una economía lejos de las garras de los reguladores.
Bitcoin no es perfecto, pero es una idea que representa y reivindica al individuo en sus deseos de libertad. Atravesamos tiempos difíciles, gobiernos han aprovechado el infortunio de la pandemia para estrechar sus líneas de control estatal sobre sus ciudadanos. Intentar limitar o prohibir el uso de criptos de forma inorgánica solo las hará más fuerte y perpetuará su existencia.