
Una región que ha sido relevante en el mundo cripto ha sido Estonia, país que ha encabezado en varias oportunidades la participación en relación con las ya mencionadas criptomonedas.
Sin embargo, luego de que Estonia fuera el centro de atención dentro de la Unión Europea, por uno de los mayores escándalos por dinero ilícito en la historia de Europa, las autoridades han decidido tomar cartas en el asunto.
La oficina de datos de lavado de dinero del país ha revocado las licencias de más de 1.000 compañías del sector de las monedas digitales. Estas acciones representan un golpe duro para el sector de las criptodivisas.
Este plan consiste en depurar empresas dedicadas a ofrecer ayuda de intercambio o almacenamiento de criptoactivos, cabe destacar que esta nación fue pionera en la implementación de esta industria dentro de la Unión Europea.
Por su parte, el secretario general adjunto Veiko Tali afirma que la regulación y la supervisión de los proveedores de servicios de criptomonedas “todavía requieren una atención especial».
Este tipo de medidas regulatorias ya se presentan como una fuerte tendencia en países europeos y de Latinoamérica, los cuales se enfrentan a procesos legales que no han sido muy beneficiosos del todo.
Esta serie de acciones tomadas por Estonia, que algunos han catalogado como “severas”, han preocupado a las empresas de criptomonedas que no pudieron iniciar sus operaciones a los seis meses después de haber obtenido el permiso.
Situaciones como estas pueden desembocar en un éxodo por parte de las corporaciones, como motivo de la búsqueda de una región que brinde mejores alternativas y garantías para este tipo de servicios.
Otro aspecto que generó malestar fue que no se proporcionaron ejemplos de compañías que estuvieran llevando a cabo “malas prácticas”, por lo cual, las acciones tomadas parecieran precipitadas.
Sin embargo, se vio un aumento en los riesgos por sector cuando el año pasado se presentó un crecimiento inusualmente rápido de proveedores de servicios.
Según Madis Reimand, quien dirige la Unidad de Inteligencia Financiera del país báltico (FIU) informó que se encontró con diversos casos de supuestas malversaciones de fondos de clientes o de prestación de servicios financieros en el extranjero que se encontraban sin la debida autorización.
Más de la mitad de las 900 empresas de criptomonedas restantes pueden perder sus licencias, ya que no tienen operaciones en Estonia y sus administradores se encuentran fuera del país, según Reimand.
Kevin Chaparro (@kevindchapach7)
Noticiero Bitcoin